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Neurocoaching


Entre las características de la sociedad moderna que más llaman la atención su velocidad y la competitividad que se han hecho cada vez más presentes en diferentes ámbitos de la vida de las personas. En este contexto, las propuestas de crecimiento y superación personal orientadas a la productividad y a una promesa de satisfacción y realización afloran en cantidades difíciles de ignorar. Una de ellas es el neurocoaching.

Solo en los últimos 10 años se han publicado en el mundo más de 24 000 libros que incluyen el tema de superación personal, 3 150 títulos sobre neurocoaching y 1 450 publicaciones más que vinculan superación personal y neurocoaching. Este crecimiento exponencial del tema sigue ganando adeptos y mutando sus formas para estar presente cada vez en más contextos.

Pero comencemos detallando un poco la base de esta propuesta: el coaching. Esta forma de desarrollo personal en que se entrenan una serie de habilidades para lograr el crecimiento se enfoca en la construcción de un futuro significativo. Dicho objetivo se logra en el contexto de una relación entre el coachee o cliente y su entrenador o coach. Dicha relación puede llegar a emular en algunos aspectos una relación terapéutica de un proceso de atención psicológica más formal.

A esta técnica de crecimiento personal se le añade el prefijo neuro, y se vincula a su propuesta el funcionamiento de las neuronas. Se presenta entonces el neurocoaching como el siguiente nivel del coaching cuyo objetivo es que la persona que comienza el entrenamiento tome conciencia de sus hábitos y actúe para modificarlos. Este sentido de conciencia y cambio suena muy parecido a ir a terapia psicológica con un especialista. Pero, al estar ausente la comprensión del comportamiento y de lo que mantiene las dificultades en el tiempo, es poco probable que el entrenamiento provisto en esta práctica pueda consolidarse en el largo plazo.



El neurocoaching está dirigido a todas las personas. La aparente universalidad de sus efectos llama la atención y su promesa de cambio trascendental del que todos pueden beneficiarse resulta bastante seductora. En su propuesta, el neurocoaching incluye un término de gran relevancia: el metaconsciente, y lo presenta como su objeto de estudio y, al mismo tiempo, como su herramienta prinicipal. El metaconsciente hace referencia a los procesos no conscientes del cerebro. Estas funciones se dan de manera automática y no involucran la experiencia de la persona. Tales procesos inconscientes son fundamentales para la persona y no son susceptibles de ser manipulados, por lo que son más fiables que los procesamientos concientes, los cuales estan distorsionados por el conocimiento y el análisis de las personas.

En neurocoaching se trabaja en y con el metaconsciente, a traves de ejercicios que permiten crear respuestas sin análisis consciente y así desarrollar capacidades de aprendizaje para alcanzar metas individuales, grupales o empresariales. En su metodología, el neurocoaching recoge técnicas del coaching tradicional y principios de la programación neurolingüística. Así que su parte “neuro” la hereda precisamente de uno de los neuroloquesea más famosos y, al igual que este,espera proveer a las personas con una caja de herramientas para cambiar el mundo.



Aunque son varias las inconsistencias que trae consigo el neurocoaching se pueden destacar tres errores que comprometen y arriesgan el bienestar de las personas:

  1. Repite los errores argumentativos de la programación neurolingüística: recurre a muchas de las herramientas de la propuesta y sigue sin tener una lógica argumentativa para el conocimiento del cerebro, al que supuestamente acude.

  2. Sus objetivos se pueden confundir fácilmente con procesos terapéuticos: esto pone en riesgo el bienestar de las personas, especialmente en un contexto donde el consultante se encuentra en una condición de vulnerabilidad emocional, dadas las dificultades por las que consulta.

  3. Ofrece un discurso nocivo sobre el éxito: y la expectativa tan alta que traen sus promesas pone en riesgo a quienes deciden consumir estas propuestas. Claro, el efecto placebo es real y no pueden descartarse del todo cambios positivos por efecto de un programa de coaching. Sin embargo, un cambio no puede solamente ser explicado por un único factor.

El neurocoaching es una propuesta con muchas debilidades. Sus principios están basados en neuros que ya se han verificado en esta serie: sigue acudiendo a las necesidades de las personas y sigue siendo descuidado en los argumentos neuro que incluye en sus postulados. Quizá el neurocoaching surge como un efecto secundario del prejuicio y las prevenciones que tenemos cuando se habla de salud mental, y de que la atención psicológica o psiquiátrica es solo para los “locos”.


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